Durante la madrugada del martes 12 de julio, el docente Eduardo Zúñiga Leyton presentó su exposición en uno de los congresos más grandes e importantes sobre la Teoría de Juegos. La decimoséptima edición del Encuentro Europeo de Teoría de Juegos (SING) fue organizada por el Departamento de Economía de la Universidad de Padua, Italia y se realizó de forma online.
La Teoría de Juegos, explica el profesor y Doctor en Sistemas de Ingeniería, es un área de la matemática aplicada que busca modelar interacciones estratégicas entre agentes, es decir, entender cómo deciden los agentes (personas, empresas, Estados, organismos) cuando deben tomar en cuenta lo que hace el resto, y saben que, a su vez, el resto toma en cuenta lo que ellos hacen. “Tiene aplicaciones en diversos campos, desde las ciencias de la computación hasta las ciencias sociales”, agrega
El congreso agrupó una amplia gama de trabajos en distintas vertientes de la teoría de juegos (juegos cooperativos, diseño de mecanismos, juegos estocásticos, votaciones, subastas, negociación, aprendizaje, organización industrial, entre otros).
La exposición de Zúñiga se basó en un artículo que finalizó hace poco tiempo “y que espero someter a revisión lo más pronto posible. En particular, en dicho trabajo se aborda una pregunta clásica de la teoría de juegos aplicada a la organización industrial: el problema de Stackelberg versus Cournot. El problema de Stackelberg versus Cournot consiste, a grosso modo, en determinar cuáles son las características de la interacción que hacen que ésta se lleve a cabo simultáneamente (todos los agentes toman sus decisiones al mismo tiempo) o secuencialmente (cada agente ve lo que han decidido los anteriores antes de tomar su propia decisión). Es una pregunta que, desde que se formuló originalmente en 1934, ha recibido bastante atención en la literatura y, en este artículo, proponemos una nueva forma de responderla, basándonos en el riesgo que enfrentan los agentes“.
Para el académico, la experiencia fue “muy enriquecedora y provechosa” por distintas razones. “En primer lugar, uno puede ver qué están haciendo otras personas en el mundo y descubrir nuevos temas para explorar. Además, está la posibilidad de recibir feedback de la propia investigación y establecer lazos que permitan futuras cooperaciones. Finalmente, el tener que presentar en un congreso ante otros pares obliga a que uno sea capaz de explicar y dar a conocer su investigación de forma concisa y efectiva, ya que el tiempo de presentación es usualmente acotado. Esto último permite que uno se cuestione qué elementos de la investigación son realmente cruciales, lo que en última instancia es también una oportunidad de aprendizaje“, concluye.